La flexibilidad en la arquitectura es la posibilidad que posee un ambiente, (por sus características de diseño) de admitir diferentes usos.
La flexibilidad se refiere a cualquier disposición constructiva o formal que permita cierta adecuación en las maneras de ocupación de la vivienda. La flexibilidad se puede conseguir de muchas maneras: desde la conversión de dos pequeños dormitorios en uno mayor mediante el derribo de un tabique, o la presencia de un panel corredizo, hasta una diseño “loft” en donde la compartimentación sea móvil.
Siendo la vivienda un espacio en permanente cambio y evolución, sometida a la vida y actividades de las personas que la habitan, la condición de flexible permite la adecuación a esos cambios.
Cualquier modificación o alteración al espacio original, se basa en una necesidad en la búsqueda de hacer propio el sitio de residencia o trabajo.
Los hábitos de vida van cambiando en las distintas épocas, influidas por diversos factores (tecnológicos, informáticos, sociales...)
El eespacio de mayor flexibilidad es la planta libre porque permite adecuar y dividir el ambiente único según las necesidades por actividad, función, etc.
Edificio de viviendas en Tours, Francia (Nouvel & Catani. 1989-93)
Funciones de los espacios colectivos
Edificio de viviendas en Tours, Francia (Nouvel & Catani. 1989-93)
Normalmente los espacios colectivos de los edificios se limitan a proporcionar acceso a las viviendas.
Pero, a veces, cuando se considera que los edificios, además de ser una agrupación de viviendas, forman una comunidad de vecinos que se relacionan entre sí, los espacios colectivos se diseñan también para facilitar el contacto entre ellos.
Espacios comunes para fomentar las relaciones entre vecinos de un inmueble
La relación entre los vecinos de un mismo inmueble se puede fomentar mediante la creación de espacios específicos de relación, como pueden ser los jardines, las piscinas, los espacios de juego y, en los grandes conjuntos residenciales, las salas de reunión, los bares y los restaurantes.
Viviendas en barrio Hansa de Berlín , Alemania (A.Alto & P. Baumgarten, 1956-57)
Pero los espacios de acceso también pueden cumplir la misma función si se les proporciona unas características dimensionales y medioambientales adecuadas de manera que, además de facilitar la circulación, puedan ser usados como lugares de conversación e, incluso, de juego y estancia. Las galerías horizontales de acceso, con una buena orientación y una buena vista, son quizás los espacios de acceso que se prestan más a estas actividades.
Pero, en general, no existen buenas razones para considerar que los residentes en un mismo edificio hayan de constituir una comunidad estrechamente relacionada. Normalmente se considera que las ventajas de la ampliación de los espacios colectivos no compensan los conflictos que se pueden generar, como la disminución de la seguridad, el aumento de los ruidos, el incremento de los gastos comunitarios y la complicación de la gestión. Por otro lado, la comunidad de vecinos es generalmente una comunidad desestructurada, formada por individuos que no sienten necesidad de crear más vínculos de relación con sus vecinos que los estrictamente derivados de compartir un mismo inmueble.
Muchas veces el enriquecimiento de los espacios colectivos de acceso como espacios de relación son más el fruto, por una parte, de una concepción arquitectónica que prima los espacios amplios y abiertos sobre los fraccionados y cerrados, o, por otra de una ideología con creencias muy acusadas en los planteamientos colectivos y comunitarios.
En todo caso, se considera generalmente que las promociones más idóneas para la creación de espacios de relación son las destinadas a grupos de ocupación homogéneos y, en especial, a gente de edad avanzada y a jóvenes. No obstante, no se puede hacer un planteamiento rígido sobre este punto ya que cada promoción puede ser un caso distinto.
Soluciones a los conflictos en los espacios comunes
La conflictividad de los espacios colectivos en ciertas situaciones y la extendida preferencia por las comunidades pequeñas sugiere la conveniencia de:
- Reducir al máximo la superficie de los espacios colectivos de los edificios o bien
- Fraccionar el espacio colectivo en pequeñas unidades de uso exclusivo para unas pocas viviendas.
La última solución sólo es posible en edificios de poca altura. El espacio colectivo prácticamente desaparece. Las viviendas tienen acceso directo al espacio público o a través de una reducida escalera comunitaria.
Es mejor independizar estos servicios (lavandería, juegos, bar, etc.) del ámbito estricto de la comunidad que habita un edificio, para que puedan ser utilizados, con una gestión totalmente autónoma, por un público mucho más amplio.
Fuente:
http://www.construmatica.com/construpedia/Espacios_Colectivos._Composici%C3%B3n_de_la_Vivienda
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